Pensamientos, palabras, obras y omisiones

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Pensamientos, palabras, obras y omisiones, … tal cual es la vida.

jueves, 5 de enero de 2017

Los subtipos instintivos en el eneagrama

Ya comentamos en nuestra entrada sobre qué es el eneagrama que existían los subtipos instintivos 
 , ahora vamos a intentar explicar de forma más extendida que significa cada uno de ellos.

Los expertos distinguen tres áreas básicas instintivas y nos dicen que existen en todos nosotros priorizándolas de una forma no consciente. Aunque lo más sano es tenerlas equilibradas, tendemos a priorizar una de ellas en detrimentos de las otras.

Nombraremos estas tres áreas: conservación, social (o de apego) y sexual.

A su vez estas tres áreas son de diferente prioridad en cada individuo, dependiendo a que instinto básico le demos mayor atención:

Instinto principal o dominante; aquél del que me ocupo todo el tiempo. Es con el que creemos que somos felices. Es aquel a la que damos más atención y representa nuestro miedo.
Instinto secundario; del que me ocupo a veces. Lo utilizo como apoyo para el instinto principal. Lo utilizamos como para descansar del prioritario y que a su vez nos ayuda a reforzarlo
Instinto punto ciego; aquel del que no me ocupo, el que dejo pasar, el que menos tenemos en cuenta aunque sepamos que existe.
Es más, en muchos casos podemos sentir hasta rechazo por aquellas personas que lo utilizan ya que nos molesta que ellas lo manejen bien.
El punto ciego, es el que tenemos que trabajar y poner la atención, ya que es la que nos llevará al equilibrio personal, a pesar de que nos resulte incómodo en un primer momento porque nos parece que dejamos de lado nuestro instinto prioritario.
Esto nunca será así, daremos más importancia al punto ciego pero nunca podrá llegar a ser prioritario, aunque en ciertos momentos pase a un primer lugar para resolver algún conflicto o situación, después tendemos a volver a nuestro patrón de prioridades.

Repito que cuanto más equilibradas estén las tres áreas instintivas, la perspectiva de lo que nos acontece será más sana y más completa. Hay que poner atención para que el instinto dominante no tape a los otros instintos. Por eso poner nuestra atención en el punto ciego es el "pasaje" que nos llevará al equilibrio.

Instinto Conservación: También denominado auto-conservación. Este es el más básico y fundamental y cualquier ser vivo la posee, ya que es el que nos hace mantenernos vivos.
Este es propio, innato, el que el cuerpo utiliza para cubrir nuestras necesidades para preservar la vida. Por lo tanto es la seguridad y supervivencia, siendo lo importante conservar:
el ser, la salud, el dinero, el vivir, el bienestar, el trabajo, los recursos necesarios, hogar, entorno, autonomía, estabilidad, seguridad, el tiempo (para ellos un recurso limitado)...
Aquí podemos añadir que una faceta del amor es ocuparse por la supervivencia de los demás también, no solo la propia.

Este es un instinto práctico y las personas que lo priorizan pueden estar orientadas a lo cómodo (hogar, entorno...) y les gusta estar seguros de que tienen los recursos que necesitan.
No suelen perder el tiempo y les gusta tener su autonomía creyendo que no necesitan a nadie, prefiriendo hacer sus propias cosas.

Controlan la economía sabiendo en todo momento el dinero que sale y que entra y dentro de lo prácticos que son, podrían ser los que más ahorran y los que gastan los recursos de la manera más coherente para ellos.
Esto mismo lo aplican a la salud, siendo conscientes de su cuerpo y ocupándose de estar sanos. Esta consciencia del propio cuerpo les permite también saber cuándo los demás se encuentran mal y procuran ocuparse de sus necesidades básicas.

Las personas con predominio del instinto conservador son personas seguras y estables a las que les gusta protegerse y proteger.
Si coinciden en pareja dos personas con este instinto como dominante, crean hogar y se conocen bien. Las relaciones sexuales se basan en el tacto y la sensualidad.

Si este instinto es secundario, se recurre a él para afianzar y descansar del principal, es decir, se agradece un poco de vida ordenada, de hogar, de seguridad. El hogar, el dinero, el trabajo, la seguridad, etc. no es obsesivo, lo que permite disfrutar de ello en muchos momentos.

Si este instinto es el punto ciego, no nos preocupamos de la salud, ni de nuestro bienestar en ningún aspecto. Hay un miedo a saber que no se crece y por lo tanto no se pueden asumir responsabilidades, ni propias ni ajenas.
Buscan a alguien que les cuide porque no manejan bien el mundo material y físico, por lo que se sienten invalidados, como niños. No se sienten confiables ya que no creen que puedan ser responsables ni de ellos, por lo tanto mucho menos de los demás. Mirarse este punto ciego y trabajar en él es lo que les aportará un mayor bienestar.

Instinto Social: Es el instinto de adaptación, aceptación y reconocimiento, es el deseo de conectar con otros, de cooperación e interdependencia (cuidarse mutuamente), lo que desde hace unos años se denomina "ganar-ganar".
Unas culturas se basan más que otras en este concepto y el origen de este instinto es la relación padre/hijo, la familia.

Hay muchas cosas que no podemos hacer solos, por lo que entablar una relación social de dar y recibir se hace importante y necesaria.

Todas las cooperaciones, asociaciones, organizaciones y empresas se basan en este instinto social, así como el hacer por los demás de forma altruista. Además de esto anterior, la parte lúdica como es alternar también se considera usar el instinto social.

Todas aquellas personas abiertas que basan su vida en conectar con gente, en la calle, de cara a lo exterior o trabajando para asociaciones o empresas que entablen relaciones de colaboración y de alianzas, tienen como instinto primario el instinto social.

Son buenos incluyendo gente y creando relaciones sociales, aunque en su forma menos sana pueden dar lugar a fundamentalismos de fuertes valores.

Utilizar el instinto social como secundario ayuda a compartirse de una manera más relajada y en el caso de ser auto-conservador, tener personas en las que apoyarse para la supervivencia. Aquí se hace real el dicho de que uno de los secretos de la longevidad es tener buenos amigos.
Al instinto sexual como dominante le relaja y al instinto conservador le sirve para buscar ayuda.

De igual manera pasa a nivel empresarial; la relación con otras empresas y la interdependencia es uno de los grandes factores que influyen en la buena marcha o no.

Si tenemos el instinto social como punto ciego, no nos percatamos de las señales de los que nos rodean y pecamos de fríos y poco empáticos. Pecamos de torpeza social y resultamos egoístas en nuestros planteamientos.
Actuaciones como llegar tarde, no devolver llamadas, no prestar interés y enfocarse tan solo en las necesidades propias sin colaborar en cuestiones de las que no vaya a sacar un beneficio o que no tengan que ver con él, suele ser habitual. En el fondo es porque no se sienten con posibilidad de aportar nada, tienen una opinión negativa de sí mismos y la creencia de no poder conectar (ese es su miedo).
Trabajarse este punto ciego es importantísimo, pues el contacto con otras personas y la colaboración aportan una gran energía que nos hace sentirnos con un sentido de vida de mayor trascendencia, la sensación de pertenencia o de utilidad nos ayuda a encontrarnos mejor.

En el caso de una pareja en que los dos tengan el instinto social como dominante, habrá un trabajo en equipo, de colaboración mutua para sacar proyectos propios de pareja adelante e incluso sirve de apoyo para otros proyectos sociales. Se es consciente de las necesidades del otro y existe la capacidad de adaptación en beneficio de la relación.

Aunque nos parezca una idea altruista, cuidar de los demás y que nos cuiden es instinto. Sin sabernos pertenecientes o que contribuimos y sin relaciones sociales enfermaríamos, por eso aunque no queramos pertenecer a ningún grupo, siempre pertenecemos a alguno.
En su lado menos sano, el instinto social no perdona errores o equivocaciones ajenas y aislar a las personas por ello puede ser un duro castigo.


Instinto Sexual: Relaciones con otros, en pareja, conseguir placer, energía, fuerza... y no nos confundamos que no se trata tan solo de sexo.
La atracción por algo, la pasión, la estimulación, vivir y experimentar es totalmente necesario para la evolución personal.

Este instinto es como la pila de energía, es la parte de fuerza que nos impulsa y nos hace movernos. Es el instinto que quiere atraer e ir hacia lo que nos atrae, en continuo funcionamiento para sentir que se está vivo. Esto es algo que tenemos al alcance de manera fácil y continua, pero si no se sabe ver recurrimos a los extremos y a los excesos para generarnos esa adrenalina que nos haga sentirnos vivos.

Si no están al tanto de este mecanismo, las personas con el instinto sexual como dominante tienden a buscar personas que tengan esta energía y repetimos que no solo en lo físico sexual (podrían ser las que menos necesitan experimentar el sexo porque todo lo que hacen es ya con un instinto sexual), porque también puede ocurrir en cualquier otro campo que para ellos sea apasionante.
Incluso pueden llegar a la adicción de esa adrenalina, de estar en el límite incluso llegar a amar el peligro, el perderse.
Son personas activas y siempre dispuestas a hacer, al movimiento.

Ahora bien, si las personas están en unos niveles bajos y poco sanos, se tornan obsesivas con las relaciones, las drogas, el dolor..., pudiendo llegar a ser autodestructivas. Todo instinto tiene su lado favorecedor y su lado limitador.

Las personas con la energía del instinto sexual son carismáticas, que nada tiene que ver con si son atractivas físicamente. Atraen por su energía y les atrae esa energía vital de alrededor, tanto de personas como de la naturaleza que les rodea. Buscan relaciones intensas, experiencias intensas, vivir con intensidad en todos los campos.

Se puede distinguir a una persona con el instinto sexual dominante por la mirada profunda y fija, porque son peleonas y porque necesitan sentirse ilusionadas. Si pierden la ilusión, pierden el interés.

Si se tiene el instinto sexual como secundario, se utiliza para hacer de vez en cuando una locura que saque de lo cotidiano. Se corre una aventura sabiendo que es de forma puntual para poder después acometer la vida con algo más de energía e ilusión.

Si por contra es nuestro punto ciego, tendemos a ver a quienes lo utilizan como demasiado expuestos e intentan infravalorar esa energía porque en el fondo tienen miedo a sentirse grandes y prefieren pensar que no son interesantes o atractivos. Necesitas creer que no es necesario ser interesante ni utilizar el instinto sexual y si se dejan llevar en algún momento por él, se sienten ridículos, por lo que prefieren ni dar la oportunidad a que les guste.

Ellos saben que si tienen pasión, pero prefieren no hacer nada para fomentarla por miedo.

La verdad es que resulta interesante indagar en estos tres instintos básicos y tratar de potenciar aquel que tenemos en un nivel más bajo.

Tenemos que prestar atención al instinto que menos caso hacemos, el que nos molesta ver en los otros, el que nos hace sentir incómodos, de esta forma el principal no será tan obsesivo en nosotros. Si estamos en niveles altos de integración de los tres instintos, la personalidad es más flexible, por contra en los niveles bajos nos volvemos más obsesivos con uno de los tres instintos.

Gurdjieff ya señalaba que usar nuestros instintos de una forma no compensada es lo que nos trae los problemas. Decir que la inteligencia del instinto es bastante más intensa y poderosa que la inteligencia mental, es la que nos evoluciona, siendo el de conservación es el más claro de ver, aunque sin el instinto sexual que nos da la energía y el instinto social que nos provoca colaborar, no habríamos llegado hasta dónde nos encontramos ahora.

Es difícil estar en niveles altos de evolución si no nos trabajamos los instintos y eso es algo que nadie puede hacer por nosotros. Nos podrán guiar y nos podrán poner nuestra realidad instintiva delante, pero como nosotros no hagamos por trabajar nuestro punto ciego, este no se potenciará y no equilibrará a nuestro instinto dominante.

Os invito a hacer un acto de valentía y observar con mucha honestidad cuál es el instinto que más has fomentado, cuál es el que más se ha repetido en tus relaciones y decisiones de vida. Ese será tu instinto prioritario y por contra, el que sabes que te da miedo porque le pones pegas, porque justificas su no utilización, porque no te gusta la gente que lo utiliza, porque te sientes avergonzado de él... ese es tu punto ciego que te compensará la obsesión que puedes tener con tu instinto primario.

Espero que esta explicación te ayude a entender los subtipos instintivos en el eneagrama y con ellos logres darle un mayor sentido a quien eres y como actúas, al igual que puedas ser más comprensivo con lo que son y cómo actúan los demás.

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